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Antonio Gamboa Gámez, aka The Art Warriros. Fotografía de Óscar Arribas. |
Hace un solazo en Málaga que disfrutamos en la terraza
del Café Con Libros de la Plaza de la Merced, céntrica. El entrevistado pide
una pinta que luego solicita rellenar. Los entrevistadores, más apurados en el
bolsillo, se conforman con dos cañas. Hablamos durante una hora de muchas cosas y,
ya en confianza, pasamos a hablar de otras tantas más. Del universo que interesa a The Art Warriors.
¿Cómo le ha influido Málaga en su percepción del arte?
Málaga me influye en el sentido de, por un lado, la luz
que tenemos aquí, los colores, los azules, el cielo, la luz… He vivido hasta
los dieciocho años en Marbella y me influye un montón. Por otro lado me influye
la gente, el trato, en ese sentido lo que decía El Niño Snake, el calor de un
buenos días o un cigarro para cuatro. El buen rollo de aquí, el sentimiento
andaluz de la tranquilidad, la afinidad, el respeto. Eso me ha influido. Luego,
el mundo del arte de aquí, el flamenco, la pintura…
Habla de luz y de confraternización. Sin embargo, en su
arte, uno puede ver mucha soledad en los personajes que retrata.
Claro, para mí, para que haya luz tiene que haber
oscuridad. Tienes que estar mal para estar bien, es una forma de recordarte que
siempre puedes estar peor. Me gusta la estética de terror porque el miedo y la
soledad nos hace a todos iguales. El tío más machote también se acojona en una
situación de pánico y se puede encontrar solo en un momento dado, con la única
compañía de su gato. Es una forma de recordarnos que siempre existe ese lado
negativo que todos tenemos dentro. Me gusta pintar cosas oscuras para recordar
que hay que pasar por ahí para estar aquí. Lo que decía Rafael Lechowski de que
para ver el arcoíris hay que soportar la lluvia; yo a veces vivo un poco en la
lluvia aunque poco a poco tiro más al color.
" Para que haya luz tiene que haber oscuridad. El miedo y la soledad nos hace a todos iguales"
Pero, ¿es el fin el arcoíris?
Claro. Aunque me rodee de tinieblas siempre tiene que
haber color en la vida. Pero es una forma de recordarte que eso está ahí y que
forma parte de nosotros. Hay que normalizarlo.
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Jepp Gambardella (Toni Servillo), de La Grande Bellezza. |
¿Quiénes forman exactamente The Art Warriors?
Básicamente yo (risas). Fuimos más, empecé yo solo, lo
creé como colectivo y metí a más gente pero no podía exigir a los demás el
nivel de implicación que yo tenía a nivel de producción. Yo me puedo levantar
un domingo a las nueve de la mañana, tomarme un café, ducharme y me pongo a
pintar, y estoy hasta las doce sin levantarme ni para comer. No puedo exigirle
eso a nadie. Al margen, empezó como algo para mí y preferí seguir yo solo. El
que sí que está siempre como un pivote es Sage, Marcos Pérez, que es mi mejor
amigo desde hace un montón de años, de la universidad, y que ha hecho todos los
logotipos de The Art Warriors. Siempre me echa una mano en todo. También se
puede considerar que Sceno es parte, porque pinto un montón con él. Es como,
soy yo, pero al mismo tiempo toda la gente que trabaja conmigo, que de alguna
forma me deja algo de ellos y yo le dejo algo mío, de The Art Warriors, a
ellos. Aunque sea yo solo siempre tengo colegas que están ahí metidos.
¿Cuándo y con qué técnicas comienza a trabajar? ¿Cuál es
su formación artística?
Mi formación artística es ninguna (risas). Yo estudié Publicidad
y Relaciones Públicas e hice un máster en Dirección de Arte en Madrid. De chico
pintaba en el pupitre todo lo que me imaginaba
y luego mi padre me ha dado alguna clase alguna vez, él pinta siempre en
verano y me ha enseñado óleo, que he pintado dos en mi vida, y me metió en el
mundo de acuarela un poquito. Iba probando en mi casa en Madrid. Mi madre se
enfadó mucho cuando compré un caballete porque iba a ensuciar mucho al tener
una casa muy chica pero fui probando y poco a poco con la pintura acrílica,
viendo vídeos en Youtube en mexicano y en inglés, fui sacando punta a los
pinceles y haciendo un poco de técnica. Pero formación técnica ninguna, Youtube
se puede decir.
Se puede decir, entonces, que su formación es la
curiosidad.
Tal cual, tal cual. Ahora estoy trabajando más con
pintura sumi-e, que me han regalado unos pinceles japoneses. Al final lo que
hago es, como en el tatuaje, intentar hacer todo lo que me guste. Al principio
son churros descomunales pero al final, a base de prueba y error, echarle
muchas horas y quemar papel, vas cogiendo el punto a lo que te gusta.
Digital, acuarela, rotuladores… ¿qué técnica prefiere y
qué le aporta cada una?
Depende un poco de lo que te pida el cuerpo a cada
momento. Yo cuando afronto una ilustración siempre parto de lo que quiero hacer
y veo qué técnica viene mejor. Cada una es distinta. La tinta china te aporta
por ejemplo las gradaciones, o la acuarela, la mancha, esa textura, que es un
poco como un gato, que hace lo que le sale de las narices. No puedes
controlarla al cien por cien. El digital te permite meter unas profundidades
que no puedes meter en papel, te permite trabajar mucho más rápido. A veces lo
que hago es pintar una cosa en digital, la dejo ahí como me mola y la traslado a
acrílico, por ejemplo, que me gusta mucho porque es un paso intermedio entre
acuarela y rotuladores. Los rotuladores también te dan un punto muy
interesante. Últimamente estoy intentando mezclar lo más posible. Partir por
ejemplo de acuarela, trasladarlo a digital y en digital completar. Meter en
digital por ejemplo la parte más oscura de líneas y de negros y meter los
colores en acuarela porque le da siempre un matiz mucho más rico y una forma
mucho más oscura. O digital y llevarlo luego a un lienzo. Ahora mismo lo que
más me mola es hacer las cosas a mano. En digital intento replicar lo que haría
en tradicional porque es mucho más rápido y ligero y por lo menos voy calmando
un poco las ansias.
H. P. Lovecraft. |
Cuando pinto en digital siempre pinto con una tableta
gráfica de WaCom, utilizo la mano. Tiene ese punto. Intento llevarlo a Photoshop
y, con pinceles diferentes, darle algo más parecido a lo que sería la acuarela.
Incluso con el iPad hay muchas aplicaciones que imitan la pintura y por lo
menos para desestresarte un poco y ensayar, te viene bien. Al final lo más rico
siempre va a ser el papel porque te vas a equivocar, vas a manchar con la mano
sin querer y nunca salen dos grabados iguales, aunque lo hagas con plancha. Tiene
una riqueza diferente, por eso me parece más interesante trabajar a mano.
" Hasta que no veo los ojos, lo que me transmiten, o reconozco al tío que estoy pintando, o me dicen los ojos pena, alegría, consternación… no termino de estar a gusto"
¿Cómo describiría el proceso? ¿Es cierto que empieza por
los ojos?
Sí, no sé, ya es una manía. Desde que empecé con esto se
me ha quedado enquistado. Hasta que no veo los ojos, lo que me transmiten, o
reconozco al tío que estoy pintando, o me dicen los ojos pena, alegría,
consternación… no termino de estar a gusto. Me parece lo más importante. Si los
ojos te captan la atención y te hacen de foco, lo demás da un poco igual que
esté a medias o menos construido. Al principio del proceso, empiezas con algo
de ‘horror vacui’ y luego, si estás con mono de pintar, al final se te pasa
rápido y estás deseando verlo terminado. Para mí es una especie de carrera de
fondo contra mí mismo. En un primer momento es rayante porque es una puta
mierda, luego es menos puta mierda y al final lo ves completado y con detalles.
Empiezas apretado y luego vas despacito y con detalles.
Lovecraft. |
El tema de los mensajes.
Claro, los mensajes los suelo meter por el medio. Suelo
pintar la parte de líneas o de negros, que los llamo yo, los contornos de base
para que el dibujo se reconozca. A partir de ahí empiezo a trabajar los
colores, empezando por los ojos, la cara y el pelo, que me cierra la estructura
de la cabeza. Me mola meter los mensajes por medio. Cuando tengo la cabeza
perfilada estoy deseando meter tatuajes, códigos, alguna mancha… tengo que ver
que eso coge forma y que el mensaje esté integrado. Para el final siempre dejo
el fondo y los detalles.
¿En qué momento se te ocurre pintar a Poe y meterle códigos
cercanos para ti pero sin ninguna relación con el autor?
A Poe lo conocí en el colegio. Yo era campeón de lectura
o algo así por ser el que más libros leía y me acuerdo que di con quince años
con “El escarabajo de oro y otros relatos”.
Mi madre me lo compró y lo tengo en casa, típico que tiene más notas al pie que
texto de Poe, una locura gordísima. Me acuerdo que en la portada salía Boris
Karloff en La Momia, por lo que ya ahí me cogió por las tripas. Me flipó. Me
leí ese y “Los crímenes de la calle
Morgue y otros relatos”. Flipé y dije: “este tío está colgado”. Me puse a
investigar y en una feria del libro de Marbella pillé una edición completa de
Poe y me maravilló. Pensé: “tiene un universo en la cabeza que no es ni medio
normal”. Me encantó tanto que el primer libro que me leí en mi vida en inglés
entero fue durante mi primer trabajo real en una agencia de publicidad, cuando
el jefe de cuentas me dejó toda la poesía completa de Poe. En esa época leía
cuatro horas al día porque tenía dos horas de viaje en metro para ir y para
volver y me acuerdo que me costó Dios y ayuda leerlo entero porque era como
leer el Quijote, y en inglés. A partir de ahí asumí que era un genio a nivel de
literatura, en poesía con sus entonaciones (“Nevermore, nevermore…”) y al mismo tiempo, como publicista,
entendía que si lo adoptaba como icono la gente iba a reconocer que me gustaba
la literatura gótica de terror, el horror en general, y, además, leer libros.
Así me distinguía de mi competencia y tenía una personalidad, un trasfondo. Es
un elemento de marketing usar a Poe. Pero no es algo falso. Transmite códigos.
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Edgar Allan Poe. |
La importancia del simbolismo, ¿no?
Exacto, The Art Warriors ya es mi personalidad. He
adoptado a Poe como santo patrón, al igual que Johnny Cash, Ol’ Dirty Bastard o
James Dean, que transmiten mucho de mi marca. La gente sabe que no va a
encontrar arcoíris sino oscuridad.
¿Qué características tiene que presentar un personaje
para que lo retrate?
En principio, quizás ser un juguete roto.
¿Por qué esa atracción?
No lo sé (risas). He tenido una infancia feliz, mis
padres siguen felizmente casados después de treinta años, tengo dos hermanos
pequeños a los que adoro, tengo una gata a la que adoro, o sea, mi familia
nunca ha tenido un problema. Yo he sido algo problemático pero nada fuera de lo
normal, nunca me he metido en nada raro. Sólo lo típico y clásico. No sé por
qué tengo esa atracción por los juguetes rotos. Quizás por el “qué hubiera
pasado si…”. Recuerdo cuando leí la historia del hijo de Gérard Depardieu, Guillaume
Depardieu, que se queda cojo tras un accidente de moto, se mete en la droga, le
pasa de todo, dije “buah, tengo que ilustrar a este tío”. Igual es el ver que
siempre hay alguien que está más abajo que tú. Dash Snow, por ejemplo, que lo
he ilustrado siete veces, era el hijo creo que del comisario del MoMA –Museo de
Arte Moderno de Nueva York- y se fue a vivir con trece años a los suburbios de
Nueva York. Desayunaba coca con cereales. Empezó a hacer sus instantáneas con
Polaroid para acordarse de lo que hacía la noche anterior. Murió de sobredosis
de heroína dejando una niña con 24 o 26 años. Hay algo ahí que me atrae, no sé
el qué. En mi obra casi todos son gente perturbada, pero es que me encanta.
Bukowski, por ejemplo. Poe mismo. Hay algo ahí que me mola mucho y no sé por
qué. Creo que es el trasfondo de saber que yo estoy bien pero siempre hay quien
va a estar peor.
" Cómo gente tan maltratada por la vida pueda hacer algo tan bello"
Quizás la distancia de universos, el saber que dentro de
tu mismo espacio se dan circunstancias tan diferentes y a ellos la vida los ha
llevado a estar en una posición tan jodida y estigmatizada. El por qué han
llegado a ese lugar.
Y sobre todo el cómo es posible que una persona tan
jodida como Caravaggio pueda tener esa emocionalidad, esa delicadeza en los
cuadros. Un tío que se cargó a un pavo a hostias porque estaba borracho. Cómo
hay gente tan sensible con las vidas tan duras que llevaban. Hay mil casos.
Todos los que ilustro tienen una sensibilidad especial. Igual es eso: que gente
tan maltratada por la vida pueda hacer algo tan bello.
Y el arte sigue eterno. ‘Ars Longa Vita Brevis’.
Justo. Cómo importa mucho más la obra de Picasso que el
que fuera un putero y tratara a las mujeres como puta mierda. Nos quedamos con
su arte. No importaba que Bob Marley tuviera dieciséis hijos de dieciséis
mujeres a los que no prestara atención. Nos quedamos más con su trabajo que con
su vida. En mis cuadros cojo la esencia de lo que han vivido para trasladarlo
al relato.
¿Cómo funciona su inspiración? ¿Está pendiente de la
actualidad diaria?
Estoy pendiente de la actualidad diaria como cualquier
persona, leyendo el periódico todas las mañanas. Hay que estar al día de todo.
La inspiración me viene a veces viendo fotos hasta que hay alguna que me
atrapa, siendo de una persona anónima. Y me apetece ilustrarlo. Otras veces sí
que busco algo concreto. Según lo que me pida el cuerpo, busco algo que se
adecue a lo que tengo en mente. Igual alguien con los ojos cerrados, alguien
mirando abajo, un abrazo de una película... Depende un poco. Eso sí, tengo una
carpeta con imágenes que quiero dibujar. A veces las encuentro de la forma más
inusitada.
¿Pinta lo que necesitas en cada momento? ¿Intenta poner algo suyo en los personajes que pinta?
Sí, siempre procuro hacerlo. Cuando pinto y he tenido
problemas, se nota al ser más oscuro y triste, igual que cuando estoy bien o
estoy en una época de cambio se ve más color y más optimismo, menos oscuridad.
Intento reflejar lo que tengo dentro. Según cómo esté, tiro de imágenes de
archivo o busco algo que refleje mi estado anímico. Cansancio, ilusión… lo que
sea.
¿Cómo valoraría su progresión artística?
He dejado de soltar la mano, pero lo estoy intentando
recuperar, salirme de mi zona de confort, hacer algo más automático y dejar la
cabeza sola, hacer cosas más abstractas. He dejado un poco de lado las
composiciones diferentes, las escenas, pintar animales… Me da un poco de pena.
Estoy incorporando pintura original a la digital, combinarlas un poco más. Uno
de los últimos que hice fue una escena de Fight Club, en un descanso en la
agencia. Experimenté con pinceles y salió una cosa que me pareció guay. Estoy
intentando incorporar el color y el capeo de color. Estoy probando cosas nuevas
con colores distintos; meter azules, rojos, y pintar los blancos por encima de
todo, arriba del todo, como un graffiti. No está triunfando mucho pero me da
igual, pinto para mí. Estoy evolucionando hacia algo diferente.
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Marla (Helena Bonham Carter) en Fight Club. |
Al tener un estilo tan definido, retrato y oscuridad,
supongo que estará orgulloso y no querrá perder su esencia.
Claro, yo quiero que evolucione siendo lo que es. Por
eso cuando pinto retrato en acuarela o en lo que sea se suele reconocer que es
mío… También por la temática y los personajes. Pero siempre procuro
experimentar sin que se pierda la esencia. Quiero integrar cosas nuevas a algo
que ya existe para que sea algo más completo y crezca, como un niño adolescente
que se convierte en adulto. Me queda mucho curro por delante.
" Quiero integrar cosas nuevas a algo que ya existe para que sea algo más completo y crezca, como un niño adolescente que se convierte en adulto"
¿Qué hace especial a la cultura hip hop?
Por un lado, que es la cultura de la calle. Que un tío
como Galinier (Dheformer) te va a contar la historia del cáncer de su madre, o
la vida en su barrio, o Iker (N-y de MDE Click) te va a contar un storytelling
de lo que sería un tío encarcelado 25 años en Estados Unidos. Dano te va a
contar una visita a Buenos Aires… Por un lado son como novelas modernas hechas
en un tono de poesía pero al mismo tiempo es música. No tiene por qué ser
estrictamente calle, yo no nací en un barrio. No me representa la calle. He
estudiado en un colegio privado, una universidad privada y tengo mi vida y mis
experiencias. Pero me representan igual Tupac que MDE Click, son cosas que te
llegan, no tienes por qué haber pasado por penurias para sentirlo.
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Dheformer Galinier. |
Al mismo tiempo también es la forma estética, mucho más
cuidada que en otros estilos musicales. Así como el jazz a nivel técnico está
mucho más construido que una letra de una canción de los Red Hot Chili Peppers,
el rap te permite modelar las palabras como si fuera una obra pictórica
sobre un colchón musical también preparado por alguien que sabe muy bien cómo
manejar esa música. Me parece una forma de expresión muy sincera, muy bestia, y
esa forma maleable del cómo tú a las palabras le das una forma por cómo tú las
escribes, cómo tú las entonas y cómo tú las integras en la música. Me parece
que es un estilo muy completo. Aparte, por la cadencia que tiene se te mete
dentro y son constantemente citas. Son poetas, si lo hacen bien al final son poetas.
Me parece un estilo fascinante.
Sinceridad, pureza, poesía, uso de las palabras,
referencias… ¿es eso lo que le hace seguir unido a una cultura algo
estigmatizada?
Yo reivindico la cultura hip hop, aunque con matices.
Evidentemente, no todo el hip hop me gusta. Gente como Troikadedra por ejemplo,
te puede gustar más o menos, pero tiene unas referencias increíbles. Cómo
Insulino, por ejemplo, juega con las palabras. Tiene una frase que dice:
“estamos en casa de Mejicano Dead Man dando de comer al perro de Francis Bacon”. O “vemos
la fría Gran Vía con Antonio López García”. “Os vemos desde lejos, en la torre
de Babel de Brueghel el Viejo”. Me está metiendo una de cuadros y referencias
que es una pasada. Capaz habla de mil películas de terror brutales, Elphomega
mete frases de cómics… es una locura. Es muy completo y me parece que hay que
reivindicarlo. Hay mucha gente con mucho talento que lo hace muy muy bien,
aunque, como en todo, también hay gente más mediocre o con menos mensaje.
Merece muchísimo la pena el movimiento desde lo más antiguo a lo más nuevo.
Wu-Tang Clan dice cosas muy serias y tiene muchos códigos. Como en el trap, en
el que se escribe con 'x' y 'v' y me contó Hozone que viene del lenguaje de
traficante. Las canciones de MDE Click son una locura. Cuando está bien hecho,
el rap puede ser sublime.
¿Cree que esa libertad que tiene el rap lo hace más
curioso?
Yo creo también que además es muy fácil de hacer, no
necesitas una gran voz. Es más accesible. Siendo un chaval con menos recursos,
si te lo curras y lo haces bien tú solo con tu libreta, has encontrado un
estilo con el que expresarte. Te puede llegar un mensaje de puta madre sin
haber estudiado canto. Puedes bajarte una base de Internet y sobre ella rapear.
A la vez tiene la complicación extrema de los skills que decía Guru. Me parece
que es una combinación de cosas que permite a la gente expresarse de forma muy
rápida. Igual que el graffiti.
" Cuando está bien hecho, el rap puede ser sublime"
¿Qué piensa de aquellas personas que dicen que serie,
cine y literatura no son compatibles, que no hay tiempo para todo?
Creo que no se debe escoger, hay que empaparse todo lo
posible. No hay tiempo para nada, pero todo es combinable. Te puedes ver True
Detective y acceder a otra serie como Hannibal o a otro libro como “El Rey
Amarillo”. O puedes conocer a Lovecraft. Puedes ver Watchmen y conocer a Alan
Moore. Son cosas que van de la mano. Puedes ver la película y luego leer el
libro. El tiempo hay que maximizarlo. Hay que ver lo de calidad, pero hay que
disfrutar de todo.
¿Está de acuerdo con que siempre va a transmitir más una
lectura que una imagen?
No tiene por qué, yo creo que son formatos diferentes. A
Alan Moore no le gusta ninguna adaptación de sus cómics porque tienen un
lenguaje, mezcla de gráfico y lectura, y el cine tiene uno totalmente
diferente, el de imagen en movimiento y música. Soy de esa opinión. Cada cosa
tiene su lenguaje y hay que verla en su lenguaje, yo no mezclaría. Tan válida
es una buena canción, como un buen videoclip, como un buen libro o como una buena
película. No creo que uno pueda estar por encima de otro. Cada uno tiene su
punto, para mí ninguno es mejor que otro.
Luego está el tema de la original y la adaptación.
Claro. Por ejemplo, El cabo del miedo es una película
maravillosa y es un remake de la original, que está de puta madre. Es de las
pocas veces en que el remake, la versión nueva, casi que supera a la original.
La optimista me parece mejor. Siempre se puede hacer una copia mejor, siempre.
Es complicado, pero se puede hacer. Eso sí, el original tiene que existir. Ahí
tienes a Warhol con todo lo que ha hecho y con una lata de sopa hacer un icono
para todo.
¿The Wire o Los Soprano?
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Fotografía de Óscar Arribas. |
¿Violadores del Verso o Hablando en Plata?
Hostias (risas). Yo soy una loca del coño de Hablando en
Plata desde que los descubrí en Radio Televisión Marbella en un programa que se
llamaba “Este es tu Kelly”, con 16-17 años, y me encantó. Luego los vi en un
Viñarock con Elphomega haciendo coros teniendo yo 18. Los conocía un poco, pero
cantaron “Entrenados en el lado oscuro” y me quedé loco. A Doble V los conocí
con 17 o así que me los pusieron en un walkman y escuché "estoy pensando en follarme a mi osito de peluche" y pensé: “esto qué
coño es”. Hasta entonces sólo escuchaba rap alemán y americano. Ahí algo hizo
un click y me jodió el coco. No podría quedarme con ninguno de los dos, pero
por afinidad Hablando en Plata.
¿Conoce a El Niño de las Pinturas?
No en persona pero sí su trabajo. Me parece bestial, me
lo enseñó Sage. Soy consciente de que las ha pasado putas por pintar en la
calle. Un tío al que le pagan por hacer a Federico García Lorca en el Soho de
Nueva York. Sólo por eso tendrías que estar callado, es decir, “pinta lo que
quieras”. Como si quiere ser una picha gigantesca. Para mí el graffiti debe ser
ilegal porque desde su nacimiento lo es. Y debe morir así. Pero no soy quién
para decirle a una persona que hace
graffiti que no está haciendo graffiti porque es una cosa pagada. No soy quién.
Máximo respeto porque es lícito y muy complicado ganarse la vida con ello.
¿Algo que quiera añadir para terminar?
Que nunca dejen de estudiar nuevas técnicas ni idiomas
para, por ejemplo, ver documentales. Que nunca dejen de interesarse por cosas y
aprender nuevos estilos. Que no tengan miedo a probar nuevas cosas. Y que, y lo
siento por el Amazonas, quemen mucho papel.
Y que, aunque no se tenga formación, “may the curiosity be
with you”, ¿no?
Tal cual.La página web personal de Antonio Gamboa Gámez como The Art Warriors es http://theartwarriors.com/.
Mandela motor de la paz??!! Nooo, mas bien hijo de perra!!!
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