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Ian Gibson durante la entrevista en el Mirador de la Alhambra. |
En el 89 se publicó Guía de la Granada de Federico García Lorca, y ahora sale Poeta en Granada que también recorre la ciudad.
Es una puesta al día esta
guía. Hay cambios constantes en todo. Ayer mismo, el Suizo -la
hamburguesería que era donde me reunía hace cuarenta años- han
cambiado algo. Cuando sale cualquier dato al día siguiente hay que
cambiarlo. Había que hacer el libro otra vez y hacerlo mejor.
Se le reconoce como uno de
los mayores expertos en Lorca. ¿Cuál es la primera obra que le llegó del autor?
El
primer poema que leí fue
El romance de la luna, luna, el primer romance del
Romancero Gitano. Lo leí con 18 años, casi sin saber el idioma en
Dublín. Cayó en mis manos y me agarró, me enganchó y estoy aquí
hablando de él. Entré en aquel mundo porque era algo familiar,
tenía raíces agrícolas, nunca perdió el contacto con la tierra.
Luego reconocí algo diferente y misterioso del sur de Europa. Me
habló de una manera tremenda la luz de la luna. Y ese niño que mira
hipnotizado y esta mujer que es la luna y baila. Más tarde empecé a
entrar poco a poco, diccionario en mano y aprendiendo cada día un
poco más.
Decía en una entrevista que
Lorca se identificaba más con la Granada anterior a la Toma que la
posterior. ¿Por qué?
Él se identifica con la
Granada que se perdió para siempre en 1492, una fecha clave de la
historia española. Lorca está siempre con los perdedores y lo dijo,
textualmente: "yo creo que el hecho de ser de Granada me inclina
a la comprensión simpática de los perseguidos. Del gitano, del
negro, del judío..., del morisco, que todos llevamos dentro".
Claro, no todo el mundo lo ve así. Si le preguntas al arzobispo
Cañizares que ahora está en valencia organizando la vigilia para
que no se pierda la sagrada unidad de España. Bueno, tú a este
hombre le preguntas por la Toma de Granada y no estará de acuerdo
conmigo ni con Federico, te dirá que era necesario echar a los
musulmanes, que son mala gente. Lorca está con la Granada de antes y
con la mezcla de culturas y es su Granada. Granada para él es una
ciudad de alma ausente que ha perdido su alma cuando echan a los
moriscos que trabajan en la Vega y en las acequias, que son españoles
-tanto como los cristianos- y repueblan la ciudad con gente del norte
que no saben nada de la cultura musulmana ni de la horticultura Vega.
Todo empieza a ser muy diferente y él siempre está con los que
pierden. Aquello simboliza todo eso. Igual que Doña Rosita la
soltera en su carmen del Albaicín está esperando al amante que
nunca volverá, él sabe que esa Granada nunca volverá.
¿En esta guía se señaliza algún paisaje al que Lorca tuviera especial cariño?
Él es granadino hasta la
médula y sube a San Miguel o a la silla del moro. Entraban de día o
de noche con Falla, con Segovia... y con todos ellos. Pero lo más
importante es que él es de la Vega, donde nace y pasa 11 años,
donde recibe toda la cultura tradicional de este país. El don
musical, el don de la poesía. En su obra hay una síntesis de lo
popular con lo culto. Es una especie de segundo Lope de Vega.
¿Cómo era su relación con Manuel de Falla?
Era total. Falla llega más o menos el año 19. Lorca ha perdido a su propio profesor de piano, sus padres no quieren que vaya a París a estudiar música, sino que quieren que estudie la carrera de Derecho, como todo hijo de buen burgués. Y en aquel momento es un cambio brutal. Luego llega Falla y éste reconoce en seguida que Lorca no es solo poeta, sino que es un músico de mucho talento. Y se forja entre ellos rápidamente una relación casi de padre e hijo, y se nutren mutuamente. Ambos están en la misma línea: la búsqueda de las raíces andaluzas, de la poesía y la música. Falla sabe que Lorca es un genio.Lorca hizo todo en 20 años. Empezó en el 16 a escribir, lo matan en el año 36. Y crea un mundo que hoy es reconocido como extraordinario y genial en ese tiempo. Realmente hay pocos casos parecidos. Falla se encuentra con él en el 19, viene aquí a vivir porque tiene vocación granadina y se ven a lo largo de esos 20 años.
Años repitiendo que Lorca está entre Víznar y Alfacar...
¿Falta de voluntad política para encontrar sus restos?
Ha habido falta de voluntad
política. Hay algo así como un contubernio de silencios, ni lo dice
el PSOE ni el PP. Sabemos que está cerca de Fuente Grande pero la
búsqueda no se hizo bien ni la investigación previa. Luego hay
cosas que no sabemos, si cogieron el cuerpo y lo metieron en otro
sitio. Yo creo que sí porque hay investigaciones importantísimas y
las declaraciones de Molina Linares -fue vicepresidente segundo de la
Diputación- cuando dijo que se encontraron restos cerca del olivo y
se metieron en otro sitio para no estorbar el trabajo dentro del
parque. Esto no se ha investigado y fue bajo el mando del PSOE.
Habría que hacer otra comisión de investigación antes de seguir
abriendo y reunir toda la información que tenemos.
Elogia al alcalde de Málaga en materia de memoria
histórica, ¿Granada está un paso por detrás de otras ciudades,
como Málaga que recuerda a los fusilados en las tapias del
cementerio de San Rafael?
Siempre he elogiado a mi
buen amigo Francisco de la Torre porque creo que es el único alcalde
del PP que ha tenido la decencia de no oponerse a las exhumaciones. Es mi punto de vista. Creo que un país con más de 100.000 muertos
es vergonzoso y el Estado tiene que hacer ese trabajo, no
asociaciones privadas. Estoy indignado en este sentido, todo eso de
los que dicen que no hay que abrir, que es reabrir heridas, es mentira.
El Franquismo desenterró sus muertos y ahora la derecha tiene que
permitir que los otros también abran sus fosas. La gente solo quiere
saber y quiere justicia. No hay reivindicación de venganza ni nadie
la pide. Es cuestión de que el país pueda afrontar el futuro con la
conciencia tranquila. Parece imposible que un país tenga 100.000
asesinados en cunetas, estamos en Europa con la Merkel al lado, y
ellos han tenido que afrontar el horror del holocausto.
¿Vislumbra algún gobierno
capaz de abrir las fosas?
Creo que se va a hacer y
cuanto antes mejor. Se tiene que hacer desde el Estado. Espero que sí
porque sería desesperante que no. Creo que el PSOE, si Pedro Sánchez
es el próximo presidente del gobierno- no sé si lo va a conseguir-
tiene que hacerlo. Pero no habla de ello para nada.
Usted formó parte del PSOE
a mediados de los noventa, ¿no?
Sí, cuando yo vivía en El
Valle, al lado de Dúrcal. Estuve en la lista como detalle y gesto,
no para salir elegido, y para ser asesor de cultura. Estuve allí 14
años y creo que ayudé al ayuntamiento para llevar a Carlos Cano,
llevar a la biblioteca a Miguel Ríos, incluso a Alfonso Guerra
(risas), e incluso a Chaves, que no es moco de pavo. Quería ayudar
viviendo allí con algo de cultura.
Tantos años en España y el
reconocimiento como un gran hispanista. ¿Se siente uno español?
Me siento como Pedro por su
casa. Eso no quiere decir que me considere español aunque tengo la
nacionalidad. Yo soy dublinés y para mí no hay ninguna frontera
posible que valga. Estoy con mis trabajos, mis amigos e
investigaciones totalmente en mi casa. Pero no voy presumiendo de ser
español porque no lo soy. Tengo la nacionalidad, pago mis impuestos
aquí y no tengo cuenta en Andorra ni en Suiza.
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