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Brad Pitt como Aquiles en la película Troya, |
“Literatura y escritura, aunque obviamente relacionadas, no son sinónimos.”
Esto
es lo que he encontrado cuando, en un ataque de insensatez, me ha
dado por buscar en Wikipedia sobre los inicios de la literatura.
Para vuestra suerte, o desgracia, os considero lo suficientemente
ilustrados como para entender que estos dos términos no son
sinónimos. Belén Esteban y su libro dan fe de ello.
Venía a hablar de los inicios de la literatura. De los
sumerios, los egipcios y los griegos. De todos aquellos antiguos que,
sin saberlo, condenaron a la humanidad a una de las más bellas
vorágines de su existencia. Intenté documentarme bien sobre ello,
leí a Juan
Andrés,
autor de la primera obra sobre la historia de la literatura, me
sumergí de lleno en las culturas antiguas, y hasta pasé por el mal
trago que supuso leer lindeces como la anteriormente mencionada en la
Biblia del siglo XXI, la Wikipedia. De todo ello, hubo algo que
realmente me perturbó y me decidió, finalmente, a escribir estas
lineas. Hablo de la llamada cuestión
homérica.
Si
faltasteis a esa clase en el instituto, os comento que a Homero,
considerado padre de la literatura occidental, se le atribuyen las
dos obras más importantes
de
la antigüedad clásica, las cuales marcan el inicio de la literatura
occidental conocida como tal. La Ilíada
y
la Odisea.
Ahí
es nada. ¡Ay,
los griegos y la gran deuda griega!
La de vueltas que da la vida.
*Info para dummies: la Ilíada es el poema épico en el que se basa la película Troya. De la Odisea existe hasta un capítulo de los Simpson.
Homer Simpson como Ulises en el capítulo 13x13 de Los Simpson
La
cuestión homérica pone en duda la autoría de dichas obras, es
decir,
Homero podría no ser el autor de la Ilíada
y
la Odisea.
Drama.
Homero podría no haber sido ciego. Drama. Homero podría, incluso,
no haber existido. Dramón.
Si
no fue ya suficiente tortura descubrir que el tal Aquiles y la tal
Helena de Troya no fueron nunca reales, ahora le sumamos que el
creador de estos pasajes pudo no ser el que la tradición ha
considerado siempre. Mi corazón no está hecho para estos disgustos.
Lo
cierto es que este debate existía ya desde la antigüedad pues, al
parecer, desde aquel entonces hubieron filólogos que encontraron
numerosas contradicciones entre ambas epopeyas y entre los mismos
cantos de estas. Este debate se ha prolongado durante un par de miles
de años hasta hoy. Algunos consideran que ambos se formaron a partir
de poemas menores de tradición popular y oral, misma tradición que
consideró más tarde a un tal Homero como autor. Otros que, dadas
las contradicciones entre las dos obras, cada una fue escrita por un
autor diferente. Samuel
Butler llegó
incluso a teorizar sobre que la Odisea
habría sido escrita por una joven siciliana. Teoría, cuanto menos,
interesante. Robert
Graves especuló
sobre esto también en La
hija de Homero. Novela
muy recomendable.
Actualmente,
el drama
homérico, como
a mí me gusta llamarle, ha perdido importancia dada la aceptación
de la poesía oral tradicional como origen de los poemas. Ha perdido
importancia como, en general, han perdido importancia la cultura y
lenguas clásicas. Y,
quizás, este sí sea un verdadero drama.
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Imagen de la película Troya |
Y
como yo venía aquí a hablaros de los inicios de la literatura, me
siento en la obligación, como amante de la literatura y el mundo
clásico, de hablaros sobre la importancia de estas obras en la
historia de la literatura occidental. No
cabe ninguna duda de la grandeza y belleza de estas obras.
Quien diga lo contrario, miente. A lo largo de la historia no han
sido pocos los que han copiado el estilo, incluso el propio Virgilio
en la Eneida
tuvo
la osadía. Y qué decir del Ulises de Joyce.
Quién
no ha soñado con un amor como el de Paris y Helena. Quién no ha
envidiado la supuesta belleza de esta. Quién no ha sufrido con la
muerte de Patroclo. Quién no se ha enamorado de la literatura, aún
más si cabe, con estas obras. Quizás, la grandeza de estas obras
radica en la capacidad de emocionar a cualquiera pasen los años que
sean. Sean diez, sean cien, sean dos mil.
La
Ilíada y
la Odisea
condenaron a la humanidad a una de las más bellas vorágines de su
existencia: la literatura.
La condenaron a ese torbellino de emociones y sentimientos que es
capaz de provocar un simple libro, unas simples lineas. La condenaron
a las noches en vela detrás de unas páginas. A los Don Quijotes y a
las Annas Kareninas. A los Orgullos y a los Prejuicios. A los Romeos
y a las Julietas. A los Quevedo, Baudelaire y Machado. Hasta a los
Harry Potter, Señores y Anillos. La condenaron a la belleza, los
sueños y la valentía. La condenaron a la sabiduría. La condenaron
a algo, que por mucho que queramos, jamás dejaremos de amar. ¡Ay,
los griegos y la gran deuda griega! La que nosotros les debemos.
Algunos
se morirán de ganas por encontrar a la persona o personas que nos
regalaron tan grande presente. Otros, simplemente, continuarán con
la incertidumbre en sus talones de Aquiles, se conformarán con saber
que el regalo es real, y que eso es algo que jamás nos podrán
arrebatar. Y
es que, al fin y al cabo, la Ilíada
y
la Odisea no
distan tanto de la Wikipedia.
Nadie sabe a ciencia cierta quienes las han escrito y, aún así,
seguimos adorándolas.
Un molt bon article, Susana. Sobretot molt ben escrit, amb una prosa elegant i acurada. Ara bé: segur que Home inaugura la història de la literatura? Fa poc em vaig comprar el Gilgamesh, que se suposa que és anterior, i també vaig gaudir-ne. Potser nos abrem mai qui va inventar la literatura. Homer és el primer molló del camí, o com a mínim del camí il·luminat, però segur que va haver-hi molts altres que el precediren: autors anònims de romanços, de nanes infantils, d'acudits! Per què no? Una abraçada.
ResponderEliminarTens tota la raó. Homer, siga una única persona o siga moltes, és el primer graó il·luminat de la cultura occidental, tant en sentit cronològic, com referencial, perquè les obres posteriors tenen sempre aquest referent, ja siga directa o indirectament.
EliminarDe totes maneres, a més a més, Homer tracta molts temes humans i, per tant, universal. En cosneqüència és normal que estiga a rerefons de tota obra.
Gilgamesh sembla que és anterior i que també és una obra d'èpica, però, si bé potser va influenciar a l'èpica grega, la realitat és que no té la mateixa rellevància que Homer.
Última cosa: Homer és el compilador i qui dona forma a una èpica que comptava amb una tradició oral mínima de 4 segles.